Los fumadores corren una gran riesgo cardiovascular y pulmonar si le suman una exigencia física durante la realización de un deporte. El monóxido de carbono que contiene el humo del cigarrillo nos expone a daños irreversibles a muy corto plazo.
El monóxido de carbono es un gas tóxico que provoca, ante la práctica de actividad física, problemas varios, entre ellos: broncoespasmos, falta de oxigenación adecuada de los tejidos, taquicardia, aceleración de los latidos cardíacos y de la respiración para poder suplir las exigencias de la actividad que se está realizando.
Según los especialistas estas consecuencias aumentan el riesgo de enfermedad coronaria o ataque cardíaco en los fumadores, ya que implica un esfuerzo sobrenatural que puede dañar el corazón o arterias del sistema circulatorio.
Fumar es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, pero realizar actividad física no reduce este riesgo, sino que la combinación de ambas pone más aún en peligro nuestra salud. Sólo se trata de falsas creencias o asociaciones populares que se deben a falta de información adecuada.
En múltiples estudios se comprobó que el tabaquismo y la actividad física forman una dupla peligrosa. Por lo tanto aquí, la clave para recuperar la salud y mejorar en el deporte es abandonar el cigarrillo. Está demostrado por diferentes investigaciones que los deportistas que dejan de fumar mejoran significativamente su rendimiento físico.
Se sabe que cuántos más cigarrillos se fuman por día más bajo es el rendimiento físico. También se conoce que a partir de los 6 meses de haber comenzado a fumar se inicia la reducción de la capacidad de hacer ejercicio, además fumar 15 cigarrillos en 3 horas disminuye el consumo de oxígeno y la capacidad máxima anaeróbica durante el esfuerzo.
Información obtenida de:Salud-actual.com
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